
Wilmar Grajales, colombiano de nacimiento pero venezolano de corazón, emigró al país con su madre y sus hermanos hace más de 45 años y desde entonces trabajó para convertirse en el hombre que es hoy, una persona muy querida por toda la ciudad.
Ese cariño se lo ganó con sus buenas acciones dirigidas a las personas de la comunidad, donde actualmente en su cafetín Vita María ofrece un espacio para que los jóvenes asistan a cursos de matemáticas y de otras materias. Grajales también dicta cursos gratuitos de panadería.
Pero sus acciones no se quedan ahí, el señor Grajales es un activo colaborador en fundaciones deportivas como Criollitos de Venezuela, Fundación Recreativo de Anzoátegui y Pumas Caraballo.
“Ahora mismo estamos con la liga Máster y sub Máster de fútbol, y muy pronto vamos a iniciar con la liga del municipio Sotillo, dedicada a los más pequeños del municipio. Esto lo hacemos a raíz de que varías federaciones están cobrando hasta 100$ por equipo y 15$ por agua y arbitraje; muchos de esos niños no tienen para pagar ese dinero, por eso mismo queremos darle la oportunidad de competir y sobre todo divertirse”, expresó.
Además es el presidente y tesorero de las ligas Máster y sub Máster del municipio Sotillo y juega en la liga de 55 años de fútbol.
Grajales asegura sentir amor por el país que le ha dado oportunidades: “Es inevitable no sentir amor por la patria que te abrió las puertas, te recogió y te dio de todo. Toda etapa como estudiante fue acá y me gradué como Técnico Mecánico en el INCES por lo cual le debo mucho a este maravilloso país; mis hijos y mi esposa son venezolanos. Ya mi vida está en Venezuela”, añadió.
Durante la conversación, Wilmar Grajales habló sobre su afición al deporte y cómo ve la oportunidad de usarlo como un método para ayudar a los más jóvenes a no caer en malos pasos y estar siempre en el camino correcto de la vida.
“Por medio del deporte, y por supuesto la cultura, la educación y el trabajo, tengo la confianza en que se puede formar a grandes ciudadanos, posiblemente muchos de ellos no se dediquen al deporte, pero si le puede dar disciplina y valores muy importante para afrontar la vida”. Comentó Grajales, quién también añade que no solo se dedica a apoyar el deporte, sino que también a la cultura con la academia Danzas: ASÍ ES MI TIERRA.
Wilmar Grajales también es propietario de una panadería llamada Vita María, la cual es muy popular y querida en la comunidad de Guanire. “Le debo mucho a esta gran comunidad. Todos los días me esfuerzo en aportar mi granito de arena para apoyar. Me di cuenta de lo que significa Vita María para estas personas cuando fue cerrada, reuní 3500 firmas en dos días, me apoyaron cuando llenaron la avenida Gulf de Puerto la Cruz en apoyo a Vita María. No hay palabras para agradecer el inmenso cariño y apoyo que me dieron los ciudadanos; no solo hacia mi negocio, sino también hacia mi persona y mi familia“.
Finalmente, Wilmar Grajales se despide con las siguientes palabras. “Muchas gracias de todo corazón al pueblo de Puerto la Cruz, pero sobre todo muchas gracias a Venezuela por recibirme y permitirme hacer mi vida en este maravilloso país. Soy colombiano de nacimiento y venezolano por ciudadanía, pero nunca voy a dejar este país, podré salir de vacaciones, pero siempre voy a regresar a mi hogar, a mi patria, a mi país, a Venezuela “.
Leonard Robles/ Pasante USM






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