“¡Qué no les falte nada!”, es el pensamiento que compensa ese sacrificio. Antes de migrar en 2018, esta venezolana que hoy se faja por impulsar @anescake.cl , su emprendimiento de tortas para matrimonios, fiestas y celebraciones especiales, se dedicaba a sus dos hijos y se ayudaba con la preparación y venta de tortas en porciones y rolls de canela.

”Era madre soltera de un niño y 8 años y después tuve a mi segunda hija con mi pareja actual. En ese entonces me retiré de mi trabajo para dedicarles tiempo”, recuerda. Cuando la bebé cumplió un año, Ane volvió a buscar empleo en el mall y se ayudaba con sus deliciosos postres. Pero la crisis la llevó, con su pareja, a tomar la decisión de vender todas sus cosas, comprar pasajes para Chile y venirse con sus pequeñines.

“Nos recibieron mis cuñados que tenían un año aquí. Fue muy difícil conseguir trabajo. Me iba con mi hija de 2 años a preguntar tienda por tienda si necesitaban personal y la repuesta era no”, recuerda. Ane decidió ingresar a su pequeña a una guardería y consiguió empleo con una peruana, en una tienda de ropa. “Me fue súper. Allí vendía también mis porciones de torta y hasta empanadas.

Luego, 4 meses después empezó en una tienda china y se mantiene allí. Labora desde las 9-30 hasta las 6-00 todos los días y aparte realiza sus tortas personalizadas. “Hay días en los que me acuesto a las 3-00 am por los pedidos”, asegura. Ane confiesa que ha sido complejo.

“Al ver las caras de felicidad de mis hijos cuando llego hacen que se me quite todo y me dan fuerzas para seguir adelante, aunque llegue súper agotada del trabajo”. Hoy anhela su propio local y este es su mensaje para quienes como ella batallan a diario por sus familias. “Sean fuertes. Sigan luchando por lo que quieren”.