¡Que valiente! Brooke Lyle es una joven de 18 años que vive en Texas Estados Unidos y logró salvar a su madre tras donarle uno de sus riñones.

Su progenitora, Jessica Jordan, padece Granulomatosis con Poliangeítis (de Wegener), una enfermedad poco común que produce la inflamación de los vasos sanguíneos, por lo que debió ser internada y estuvo a punto de perder la vida.

«Apenas podía caminar. Sentía mucho dolor en todos lados», dijo Jessica a los medios locales.

Pero gracias al trasplante, pudo recuperarse rápidamente y ahora ambas están sanas.

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