La princesa Leonor y el resto de sus compañeros de primer curso han vivido un día único en su vida militar: la tradicional Jura de Bandera.

Los reyes Felipe y Letizia han viajado a Zaragoza a primera hora de la mañana para presidir este acto tan transcendental en la vida de su hija mayor y futura reina de España.

Un papel institucional y personal a partes iguales que han seguido desde la tribuna con gran atención.

Y allí estaba Leonor o, mejor dicho, la dama cadete Borbón Ortiz, como una más, ataviada con el uniforme del Ejército de Tierra y rodeada por sus cientos de compañeros dispuesta a desfilar y pasar ante la bandera, un gesto simbólico con el que «se materializa el juramento o promesa de defender a España, aún a costa de la propia vida», apunta el Ministerio de Defensa.

A diferencia de su padre, Leonor no ha jurado bandera de forma individualizada. Lo ha hecho junto a sus 400 compañeros de promoción, sin diferencias.

Tras besar la bandera, la heredera al trono ha desfilado junto a dos compañeros bajo el arco formado por el sable y la bandera, detalle que simboliza que la patria acepta su juramento.