El amor no tiene fecha de caducidad, y esta pareja nos lo demostró. Se trata de Tommy y Virginia Stevens, un matrimonio que, tras casi siete décadas, fue obligado a decirse adiós luego de que las enfermedades producidas por sus edades pusieran fin a sus vidas. Sin embargo, en medio de la tristeza de su partida, un emotivo hecho marcó a el personal médico y familiares que los atendían: partieron tomados de la mano.
Tanto Tommy como Virginia se encontraban hospitalizados debido a que padecían de diferentes afecciones, como: Alzheimer, sepsis, neumonía y otras lesiones graves, pero ninguno de estos diagnósticos representó un obstáculo para que ambos reluzcan su amor.
Fueron los enfermeros del centro de salud quienes decidieron reunir a la pareja, con el objetivo de que compartan sus últimos días de vida en la misma habitación. Aunque el hombre de 91 años ya casi no tenía reacción física, Karen Kreager, su hija, mencionó que su rostro se iluminó cuando vio que llevaron a su esposa hasta el mismo cuarto.
«Él estaba despierto cuando ella entró. Tenía los ojos abiertos. No se comunicaba mucho, sólo en pequeños susurros. Pero él sabía que ella estaba allí y que estaría a su lado. Ellos tomados de la mano todo el tiempo», dijo Kreager.







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