Un estudio realizado en Suecia analizó las reacciones de las personas que siguen durmiendo, después que suena su despertador.

La investigación se hizo para desmentir que posponer la alarma podría tener efectos negativos para la salud. De hecho, se comprobó que esta acción puede favorecer la capacidad de vigilia de las personas que lo hacen habitualmente.

La publicación también reveló que no se observaron efectos negativos en las personas que postergan sus alarmas en la liberación de cortisol (que es considerada la hormona del estrés), el cansancio por la mañana, el estado de ánimo o la calidad del sueño durante la noche, en comparación a los que se levantan con su primer despertador.

Fuente: Mega TV

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