Un nuevo estudio ha demostrado que hacer sustituciones sencillas como cambiar la carne de vacuno por la de pollo o beber leche de origen vegetal en lugar de leche de vaca podría reducir la huella de carbono de los alimentos de un estadounidense medio en un 35%, al tiempo que aumentaría la calidad de la dieta entre un 4 y un 10%, según el estudio.

Estos resultados, publicados en la revista ‘Nature Food’, ponen de relieve el potencial de un planteamiento de «pequeños cambios» que, según los investigadores, podría animar a más consumidores a adoptar hábitos alimentarios respetuosos con el clima. La producción de alimentos representa entre el 25% y el 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, siendo la producción de carne de vacuno uno de los principales contribuyentes.
Con información de Noticiero Venevision







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