Cualquiera que haya sido acosado alguna vez por mosquitos mientras intentaba relajarse en una pintoresca excursión o en una plácida playa es plenamente consciente de que las molestias incluso de un pequeño bicho puede tener un gran impacto en las vacaciones.

Soneva Fushi, un complejo turístico situado en la isla privada de Kunfunadhoo, en las Maldivas, lleva años trabajando para erradicar estas plagas.

La solución más eficaz que encontraron redujo drásticamente el número de mosquitos y, de paso, revitalizó las plantas y animales tropicales de la isla.

Soneva se asoció con la empresa alemana Biogents, que desarrolló trampas para mosquitos basadas en atrayentes ecológicos.

«Buscábamos formas de controlar los mosquitos sin utilizar productos químicos», explica Arnfinn Oines, director de conciencia social y medioambiental de Soneva.

La región lleva mucho tiempo luchando contra el problema de los mosquitos, que se agrava durante la estación de los monzones, de mayo a noviembre.

Los diversos métodos que probaron, incluido el uso de varias trampas y el trabajo para eliminar los criaderos de mosquitos, plantearon sus propios retos.

Con información de CNN

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