El pueblo italiano de Viganella, situado en los pintorescos Alpes de la región del Piamonte, ideó una solución innovadora para paliar su falta de luz solar durante los meses de invierno.

Debido a su situación en un valle profundo, rodeado por los Alpes, el pueblo se veía privado de luz solar natural durante unos tres meses al año. Para combatirlo, en 2006, los habitantes del pueblo instalaron un espejo gigante, de 8 metros de ancho y 5 de alto, en una de las montañas más altas de la zona.
Este espejo de acero, situado a unos 870 metros por encima del pueblo, está controlado por ordenador y refleja la luz solar hacia el centro del pueblo, creando así su propia luz solar.
Con información de El Kilombo







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