Los perros se deleitan con los masajes en las orejas, mostrando su placer inclinándose hacia ellos, poniendo los ojos en blanco y emitiendo suspiros de satisfacción.
Más allá del mero placer, el secreto reside en que los nervios liberan endorfinas durante este ritual, induciendo un estado de relajación parecido al trance.
El Dr. Allen Schoen, del Centro para el Avance de las Terapias Veterinarias Alternativas, señala que los perros se “colocan” con sus propias hormonas durante los masajes en las orejas.
Con información de El Kilombo







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