La atracción sexual va mucho más allá de que alguien nos parezca guapo a simple vista, y es que cuando nuestro cerebro por cualquier razón detecta que una persona nos gusta, el cuerpo desencadena toda una serie de reacciones propias de la situación que son las que causan la típica sensación de alegría y euforia inicial.
Hay formas de mostrarle a otro que nos gusta sin exagerar, una de las más claras es la que se manifiesta a través de nuestro “lenguaje corporal”. Todos conocemos las típicas señales del coqueteo.
“La sudoración” es una de estrategias que usa nuestro cuerpo para transmitir la atracción, justamente porque a través del sudor la otra persona puede detectar nuestras feromonas y sentirse atraído hacia nosotros. Las palmas de las manos, las axilas e incluso la zona íntima suelen sudar cuando alguien nos resulta realmente atractivo.
Una reacción común en las mujeres es tocar o jugar con el cabello producto del nerviosismo, pero también de una coquetería primitiva, y es que nuestro pelo es un “elemento de sensualidad” y atracción para ellos.
“Morder nuestros labios”, pasar la lengua por ellos, dejar nuestra boca un poco entreabierta. Todo parece producto de un calculado plan de seducción, pero realmente se trata de una reacción controlada por nuestro cuerpo
La señal corporal más famosa de todas: cuando alguien nos gusta “nos sonrojamos” al verle llegar, al hablar con él/ella o cuando nos hace un comentario agradable. Nuestro corazón va a mil y cualquier cosa hace que los vasos capilares de nuestro rostro se dilaten de más.
Con información de Telémetro







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