En la búsqueda constante de métodos para mejorar la salud y el bienestar, bañarse con agua fría ha ganado popularidad en los últimos años por sus múltiples beneficios.

Más allá de la sensación de frescura que proporciona, numerosos estudios científicos respaldan los resultados positivos de esta práctica. El Diario repasó las ventajas que proporciona bañarse con agua fría.

Estimulación del sistema inmunológico

Investigadores sugieren que exponer el cuerpo al agua fría puede activar el sistema inmunológico. El cambio repentino de temperatura puede aumentar la producción de glóbulos blancos y mejorar la circulación sanguínea, contribuyendo así a una respuesta inmunológica más robusta.

Además, han concluido que las duchas frías regulares pueden reducir la frecuencia de resfriados y mejorar la resistencia a enfermedades.

En el caso de los deportistas, quienes en ocasiones comparten en sus redes sociales la terapia del baño con hielo, especialistas en la materia explican que ayuda a una recuperación más rápida, reduce la fatiga, mejora el rendimiento y disminuye el riesgo de lesiones.

Una investigación publicada en la revista PLoS One en 2016 encontró que las personas que suelen bañarse con agua fría tienen casi 30 % menor probabilidad de dejar de ir al trabajo o a la escuela por enfermedad.

Aceleración del metabolismo y quema de grasa

Bañarse con agua fría también puede tener un impacto positivo en el metabolismo. La exposición al frío activa la grasa parda, un tipo de tejido adiposo que quema calorías para generar calor.

Este proceso, conocido como termogénesis, puede ayudar en la pérdida de peso y mejorar la eficiencia del metabolismo en general.

Mejora el estado de ánimo y reduce el estrés

El contacto con agua fría también puede tener beneficios psicológicos. Se ha demostrado que las duchas frías liberan endorfinas, neurotransmisores asociados con la sensación de bienestar y felicidad.

Con información de El Diario