Una raya está esperando crías sin haber jamás tenido contacto con un macho de su especie, lo que ha provocado especulaciones sobre la participación de un tiburón y la ha convertido en una sensación mundial y una curiosidad para los científicos.

La ecografía reveló que en su interior tenía huevos. La posibilidad de reproducirse sin la contribución genética de un macho es considerada una rareza para la ciencia, pero en los últimos años ha sido observado en vertebrados como aves, reptiles y peces, aunque no en mamíferos.
La partenogénesis ocurre cuando pequeñas células llamadas «cuerpos polares», que se forman al mismo tiempo que los óvulos y en un proceso normal se desintegran, en estos casos se fusionan con los óvulos, aportando el material genético necesario para que surja un embrión viable.
Según reporta National Geographic, hay indicios que sugieren que la raya podría haber quedado embarazada de un tiburón, ya que Charlotte tiene marcas de mordeduras, «signos comunes que dejan los tiburones durante el apareamiento».
Algunos expertos dan por descartada esta posibilidad y se aferran a la idea de la partenogénesis: «Al tiburón le doy las mismas probabilidades de ser el padre que le daría a Elvis o a Bigfoot: cero», afirmó a Forbes Demian Chapman, director del centro de investigación de tiburones del Laboratorio Marino y Acuario Mote.
Con información de AFP







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