“Soy inocente”

Es lo que repitió allí donde le dejaran el estadounidense de origen mexicano Iván Cantú.

Después de 22 años en el corredor de la muerte del estado de Texas, Cantú fue ejecutado este miércoles por inyección letal.

Cantú fue condenado por el asesinato de su primo James Mosqueda y la pareja de éste, Amy Kitchen, en 2000.

«Quiero que sepan que nunca maté a James y Amy», dijo Cantú en su declaración final antes de ser ejecutado.

Tanto él como su familia y colectivos de activistas denunciaron en repetidas ocasiones que el proceso que lo condenó estuvo lleno de irregularidades.

Su madre, que lideró la campaña para salvar su vida, aseguró que se habría prestado a morir en su lugar.

En este enlace te contamos todos los detalles de un caso que reabrió el debate sobre la pena de muerte y reavivó las acusaciones de discriminación en el sistema judicial de Estados Unidos.

Con información de BBC

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