Activistas y migrantes en la frontera de México con Estados Unidos denunciaron este viernes 1 de marzo que el Gobierno de Texas transformó el cerco de navajas y púas en el río Bravo o Grande en una barricada que ahora mide casi 3 metros de altura pese al fallo que lo obligaba a quitarla.

El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, también reforzó el cerco de alambre de navajas, que antes medía metro y medio, con una malla ciclónica que hace prácticamente imposible el cruce a lo largo de 3 km en la zona más frecuentada por los migrantes entre Ciudad Juárez, en México, y El Paso, en EE UU.
Activistas consultados por EFE calificaron la medida de «inhumana».
“Es poner en situaciones de riesgo mayor su vida, ya recorrieron un camino difícil, recorrer México no fue fácil para ellos, han tenido que enfrentar más peligros y todavía, al llegar al río a la frontera, encuentran una dificultad mayor”, indicó Juan López Morales, vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez.
El religioso agregó que, en su intención de detener el cruce de migrantes, Estados Unidos está olvidando la integridad de las personas.
“No van a desistir en su intento por cruzar, hay que tenerlo muy claro, no van a desistir, lo único que están haciendo es arriesgar más su vida, no solamente es la altura de las bardas que tienen que brincar son los alambres con navajas que tienen, muchos de ellos han sido heridos”, añadió.
Asociaciones mexicanas han denunciado que Abbott ha desatendido la orden de la Suprema Corte de su país, que en enero autorizó que la Patrulla Fronteriza retire la alambrada que el mandatario republicano instaló.
Con información del Diario Panorama







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