Los científicos han confirmado que algunas personas son realmente capaces de oler cuando se acerca la lluvia, gracias a una combinación de factores que incluyen el químico geosmina producido por bacterias del suelo y el distintivo olor del gas ozono que es empujado hacia el nivel del suelo por los vientos en una tormenta cercana.

El olor de la geosmina se vuelve particularmente notable después de que la lluvia golpea el suelo, atrapando bolsas de aire que burbujean y llevan el químico al aire, mientras que el olor más dulce del ozono a veces puede indicar una tormenta inminente.
Aunque muchas personas están familiarizadas con el fresco aroma de petricor que permanece después de la lluvia, la capacidad de detectar estos olores antes de que llegue la lluvia es un fenómeno fascinante con una explicación científica sólida.
Con información de El Kilombo







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