Después de 27 años, el expresidente Evo Morales perdió el domingo el liderazgo del partido gobernante en Bolivia, en un polémico congreso respaldado por su heredero político y ahora adversario, el presidente boliviano Luis Arce, que añade un capítulo más a las fricciones internas en el oficialismo.

Los seguidores de Arce eligieron como nuevo jefe del Movimiento al Socialismo (MAS) al líder de los campesinos e indígenas Grover García en ausencia de Morales y sus seguidores.
Horas antes, Morales dijo desde una radio de los cocaleros (cuyo sindicato dirige hace cuatro décadas) que el “objetivo es inhabilitarme” para los comicios presidenciales de 2025, en referencia al congreso partidista organizado por el bloque afín a Arce, después de que el año pasado otra convocatoria similar, pero impulsada por los seguidores de Morales, lo designara a él como líder del partido y después fuera anulada por el tribunal electoral.
El político que gobernó entre 2006 y 2019 acusó a Arce (2020-2025) de alentar “un plan para auto prorrogarse” en el cargo, supuestamente, con apoyo de jueces. “Es un gobierno que gobierna con fallos judiciales”, dijo al tiempo de anunciar que dará pelea legal y en las calles.
El MAS quedó dividido hace casi dos años entre seguidores de Morales y de Arce y ambos bloques han convocado a congresos.
Con información de El Informador







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