Un estudio a largo plazo llevado a cabo en monos rhesus, ovejas y ciervos ha revelado un patrón intrigante: a medida que envejecen, estos animales tienden a reducir el tamaño de sus redes sociales y a fortalecer los vínculos con familiares y amigos de toda la vida.

La investigación se inició en 1938 con la introducción de 409 macacos rhesus en la isla Cayo Santiago, cerca de Puerto Rico. Desde entonces, los científicos han observado cómo estos primates, al igual que las ovejas de la isla Hirta y los ciervos de Rùm, modifican sus relaciones sociales a medida que envejecen.

Según el ecólogo Gregory Albery, las hembras de ciervo, por ejemplo, son vistas cada vez más en compañía de menos individuos a medida que envejecen. Un patrón similar se ha observado en las ovejas, donde las hembras reducen el tamaño de su territorio a medida que avanzan en edad.

Estos hallazgos sugieren que la tendencia a reducir el círculo social con la edad podría ser un fenómeno más común en el reino animal de lo que se pensaba anteriormente. Los investigadores creen que esta disminución en la sociabilidad podría estar relacionada con cambios fisiológicos y cognitivos asociados al envejecimiento, así como con una mayor preferencia por la estabilidad y la familiaridad en las relaciones sociales.

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