La Comisión Europea ha iniciado un proceso formal contra Apple para obligar a la compañía a permitir que desarrolladores externos tengan acceso a los sistemas operativos de sus dispositivos iPhone y iPad. Esta medida se enmarca en la nueva Ley de Mercados Digitales (DMA) de la UE, que busca fomentar la competencia en el mercado tecnológico.

La DMA exige a las grandes plataformas digitales, como Apple, garantizar que sus servicios sean interoperables con otros. En este caso, la Comisión Europea considera que Apple debe permitir que aplicaciones y servicios de terceros puedan funcionar de manera fluida en sus dispositivos.
La compañía estadounidense tiene ahora seis meses para presentar propuestas concretas sobre cómo cumplirá con esta normativa. Si Apple no adopta las medidas necesarias, la Comisión Europea podría imponer sanciones millonarias.







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