‘Rosie’, la gata de tres colores que era considerada la más longeva del mundo, aunque oficialmente no ostentaba ese título, murió a los 33 años, en Norwich, Inglaterra. 

Su dueña, Lila Brissett, de 73 años de edad, le dio el último adiós y declaró que el estado de su mascota se había deteriorado. «No estaba muy bien y un día simplemente caminó por el pasillo de la casa, se acostó y falleció», expresó en una entrevista al New York Post. 

El felino, nacido en 1991, tuvo que abandonar su primer hogar después de que la familia con la que vivía descubriera que uno de los hijos tenía alergia a estos animales. Después fue entregada a un grupo de rescate de gatos y finalmente dada en adopción a Lila, una viuda amante de los animales quien previamente había rescatado un perro callejero y un gato maltratado.

Con información del Noticierovenevision

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