Una nueva investigación conjunta realizada por la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, el King’s College London y la Universidad de East Anglia ha desvelado los posibles beneficios para la salud de trabajar a distancia. Según el estudio, teletrabajar podría estar asociado con una mejora en los hábitos alimenticios, una reducción del estrés y una disminución de la presión arterial. La flexibilidad que ofrece el trabajo remoto permitiría a las personas organizar sus comidas y descansos de manera más adecuada, contribuyendo a un estilo de vida más saludable.

No obstante, la investigación también ha puesto de manifiesto algunos aspectos negativos del teletrabajo. La facilidad de acceso a la nevera y la despensa podría llevar a un consumo excesivo de alimentos, mientras que la falta de movimiento y el sedentarismo podrían compensar los beneficios iniciales.
Estos hallazgos sugieren que, aunque el trabajo desde casa puede ser una herramienta valiosa para mejorar la salud, es fundamental encontrar un equilibrio entre los beneficios y los riesgos.
Adoptar hábitos saludables como realizar actividad física regularmente y establecer horarios de comidas regulares, incluso cuando se trabaja desde casa, resulta clave para aprovechar al máximo esta modalidad laboral.







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