Un nuevo estudio de Harvard ha revelado una conexión aún más estrecha entre el desequilibrio de la microbiota intestinal y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer. Los hallazgos, publicados recientemente, sugieren que el intestino podría desempeñar un papel crucial en el origen de estas patologías.

En el caso del Parkinson, la relación es particularmente significativa debido a los problemas gastrointestinales que suelen acompañar a la enfermedad, como el estreñimiento y las dificultades para tragar. Los investigadores han identificado una bacteria intestinal que, al escapar del intestino, podría desencadenar una reacción inflamatoria en el cerebro, acelerando la degeneración neuronal.

Este descubrimiento se basa en un análisis de datos de más de 9.000 pacientes, lo que refuerza la solidez de los resultados. Los individuos con daños en la mucosa intestinal presentaron un riesgo significativamente mayor de desarrollar Parkinson, lo que apunta a una conexión directa entre la salud intestinal y la neurodegeneración.

En Chile, donde se estima que alrededor de 30.000 personas viven con Parkinson, estos hallazgos adquieren una relevancia especial. Como señala la profesora Pamela Urrutia, a pesar de que el porcentaje de la población afectada es relativamente bajo, el impacto de la enfermedad en la calidad de vida de los pacientes y sus familias es considerable.

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