En un reciente estudio llevado a cabo por el psicólogo social Robb Willer de la Universidad de Berkley, California, se ha encontrado que la difusión de rumores, comúnmente considerada negativa, puede tener resultados beneficiosos, como la reducción del estrés y el control del comportamiento inapropiado. Según Willer, citado por el portal Q’Pasa, los chismes pueden desempeñar un papel importante en el mantenimiento del orden social y, en algunos casos, incluso tener fines terapéuticos.

La investigación se centró en los denominados chismes prosociales, aquellos que se difunden con el propósito de advertir a otros sobre conductas inapropiadas o personas deshonestas. Para llevar a cabo el estudio, se trabajó con un grupo de 51 participantes que fueron conectados a medidores de frecuencia cardíaca, lo que permitió a los investigadores observar las variaciones en sus latidos durante una serie de experimentos.
En estos experimentos, se utilizaron juegos en los que se evaluaba la generosidad de los jugadores a través de la cantidad de dólares o puntos compartidos. Durante el desarrollo de los juegos, los participantes comenzaron a notar que uno de ellos estaba haciendo trampa, lo que provocó un aumento en sus frecuencias cardíacas. Este impulso llevó a los jugadores a compartir la información sobre el engaño con el siguiente jugador, lo que les ayudó a calmarse.
“Transmitir el chisme mejoró sus sentimientos negativos y moderó su frustración (…) El chisme los hizo sentir mejor”, explicó Willer. En un segundo estudio, 111 participantes completaron cuestionarios sobre su nivel de altruismo y cooperación, y luego observaron monitores con puntos de tres rondas de un juego de confianza económica, donde nuevamente se evidenció el engaño de un jugador.
El investigador subrayó que uno de los principales motivos para participar en chismes era la intención de ayudar a los demás, superando la simple tendencia a hablar mal de la persona involucrada. Este estudio invita a reflexionar sobre la dualidad de los chismes en la sociedad y su potencial para fomentar la cooperación y el bienestar emocional.







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