Hoy en Venezuela se celebra el día del Ingeniero, y en el estudio recibimos a una profesional de esta carrera, pero no para hablar sobre su profesión, sino de su gran pasión: El Pilates.

Adriana Rodríguez decidió dejar atrás la ingeniería industrial para dedicar su tiempo y energía a la enseñanza del pilates, una disciplina que la ha ayudado a encontrar fuerza y armonía en su propia vida.
Durante muchos años, Adriana Rodríguez trabajó como ingeniera, un rol que, aunque gratificante, no satisfacía su deseo de conectar profundamente con las personas y tener un impacto directo en su bienestar.Durante el embarazo de su hijo menor desarrolló diabetes tipo I, por lo que en adelante tuvo que hacer cambios en su estilo de vida, y comenzó a practicar deporte, aunque confiesa que ninguna disciplina la mantenía motivada y cautivada como lo hizo el pilates.El pilates, se convirtió en una experiencia transformadora, permitiéndole no solo sentir los beneficios físicos, sino también conectar con su cuerpo y descubrir su fuerza interior.
“Empecé a sentir una conexión más profunda con mi propia salud y bienestar. Aprendí sobre el poder de una respiración consciente y cómo esta práctica puede cambiar la forma en que nos sentimos en nuestro día a día”, comentó.
Clases de pilates

De alumna pasó a instructora, preparándose y estudiando esta disciplina, contó en #Noticiasdeaquiradio que en Proteam Sports Center le dieron la oportunidad, y allí en un área hermosa que funciona en un ala del gimnasio ofrece clases los martes, miércoles y jueves a las 6:00 pm.
Hoy, Adriana se dedica a ayudar a otros a sentirse más saludables, fuertes y vivos a través del pilates.
Su historia inspira a otras personas que buscan mejorar su bienestar físico y emocional.
Con su nuevo propósito, esta ingeniera demuestra que nunca es tarde para reinventarse y seguir lo que realmente llena el corazón.
Gracias Adriana por haber compartido tu historia con nosotros.








Deja una respuesta