El sueño profundo, ese estado en el que el cuerpo y la mente se regeneran por completo, ocupa solo una cuarta parte de nuestro tiempo de sueño. Sin embargo, es esencial para sentirnos descansados al despertar. ¿Alguna vez te has levantado sintiéndote cansado a pesar de haber dormido toda la noche? Es probable que no hayas alcanzado las fases más profundas del sueño.

Durante el sueño, nuestro cerebro permanece activo y pasa por diferentes etapas. Estas etapas se dividen en dos grandes fases: el sueño no REM y el sueño REM. Cada una de estas fases cumple funciones específicas y se repiten en ciclos de aproximadamente 90 minutos a lo largo de la noche.

La fase de sueño profundo, dentro del sueño no REM, es la más importante para la recuperación física y mental. En esta etapa, el cuerpo libera hormonas de crecimiento y se reparan los tejidos. Si no pasamos suficiente tiempo en esta fase, podemos experimentar fatiga, dificultad para concentrarnos y alteraciones del estado de ánimo.