La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha anunciado que existe una probabilidad del 55% de que el fenómeno de La Niña se desarrolle entre diciembre de 2024 y febrero de 2025. Sin embargo, advierten que, de producirse, sería más débil y de menor duración de lo habitual.

Este enfriamiento del Pacífico tropical, que suele ir acompañado de cambios en los patrones climáticos globales, ha mostrado un desarrollo más lento de lo esperado. Los científicos atribuyen este retraso a las fuertes anomalías de viento del oeste observadas en los últimos meses.
Aunque La Niña suele asociarse a temperaturas más bajas y cambios en los patrones de lluvia, la OMM señala que el impacto de este posible evento podría ser menos pronunciado debido a su debilidad.







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