Un nuevo estudio científico ha puesto en evidencia una preocupante conexión entre el trabajo sedentario y los problemas para dormir. La investigación, publicada en el Journal of Occupational Health Psychology, revela que el 80% de la fuerza laboral estadounidense, que realiza labores principalmente sentadas, enfrenta un riesgo significativamente mayor de sufrir insomnio.

A través de un análisis exhaustivo de datos recopilados durante una década de más de 1.000 trabajadores, los investigadores clasificaron a los participantes en tres categorías según su calidad de sueño: buenos durmientes, personas con insomnio y aquellos que experimentan dificultades para conciliar el sueño de forma intermitente.

Los resultados de este estudio, liderado por la Dra. Claire Smith, son contundentes: las personas que padecen insomnio presentan un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones de salud relacionadas con la falta de sueño. Además, el insomnio, en muchos casos, se convierte en un problema crónico que persiste a lo largo de los años.

Lo que hace destacar esta investigación es su enfoque integral, ya que considera múltiples factores que influyen en la calidad del sueño, más allá del simple hecho de estar sentado durante largas jornadas laborales. Los investigadores también identificaron que los trabajadores nocturnos y aquellos con horarios irregulares son más propensos a experimentar trastornos del sueño y fatiga crónica.