El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revocó el lunes 20 de enero la orden ejecutiva firmada por el expresidente Joe Biden que retiraba a Cuba de la lista de estados promotores del terrorismo. Esta decisión se produce apenas días después de que Biden, a menos de una semana de dejar el cargo, firmara la medida con el objetivo de facilitar la liberación de varios presos cubanos, un proceso que contaba con la mediación del Vaticano.

El mismo día en que Biden anunció la exclusión de Cuba de la lista, el gobierno cubano informó sobre la liberación de 553 personas «sancionadas por delitos diversos». Adicionalmente, Biden había suspendido la capacidad de ciudadanos estadounidenses de demandar por la expropiación de sus propiedades en Cuba y levantó algunas sanciones financieras, con el fin de fomentar un acercamiento entre ambas naciones.

La inclusión de Cuba en la lista, que tuvo lugar en enero de 2021, fue una de las últimas decisiones de Trump antes de concluir su primer mandato. Estados Unidos justificó esta medida citando la presencia en la isla de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, quienes viajaron a La Habana para iniciar negociaciones de paz con el gobierno colombiano.

La designación de Cuba como estado promotor del terrorismo conlleva diversas repercusiones, incluyendo la prohibición de venta de armas, un mayor control sobre las exportaciones, restricciones en la ayuda exterior y requisitos más estrictos para la obtención de visados, además de sanciones económicas adicionales.

Cuba había estado en la lista desde 1982, pero fue retirada en 2015 durante la administración de Barack Obama, que promovió un acercamiento con la isla. Sin embargo, Trump revirtió esas políticas durante su mandato, intensificando las sanciones y frenando el proceso de «deshielo». La administración saliente de Biden había mostrado algunos gestos hacia Cuba, como la eliminación del límite de remesas, pero mantuvo hasta mediados de enero la inclusión del país en la lista que ahora vuelve a ocupar.