La vitamina C, un nutriente esencial que juega un papel crucial en la salud humana, especialmente en la producción de colágeno, según una reciente investigación del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), adscrito a la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI). Este estudio destaca la vitamina C como un complemento fundamental para facilitar la absorción y la conservación del colágeno en el organismo.

El consumo de frutas ricas en vitamina C se revela como una estrategia efectiva para potenciar la producción natural de colágeno. Estas frutas no solo contribuyen a la conservación de esta proteína esencial, sino que también optimizan su aprovechamiento por el cuerpo. Entre las frutas que destacan por su alto contenido de vitamina C, la naranja emerge como la principal aliada en la generación de colágeno, siendo incluso considerada, en combinación con esta proteína, como un «tesoro de juventud».

Además de la naranja, existe una variedad de frutas que ofrecen niveles significativos de vitamina C y, por ende, favorecen la producción de colágeno. Entre ellas se encuentran el kiwi, las fresas, la papaya, la guayaba, el mango y el limón. La inclusión de estas frutas en la dieta diaria no solo asegura un aporte adecuado de vitamina C, sino que también enriquece el organismo con otros nutrientes y antioxidantes.

Más allá de su contribución a la producción de colágeno, las frutas ricas en vitamina C ofrecen beneficios adicionales para la salud de la piel y los tejidos conectivos gracias a su contenido de antioxidantes. Estos compuestos ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres, contribuyendo a mantener la piel joven y saludable, y fortaleciendo los tejidos que sostienen el cuerpo.

La vitamina C desempeña un papel esencial en la producción de colágeno al facilitar la formación de enlaces cruciales entre las moléculas de esta proteína. Este proceso es indispensable para que el colágeno pueda cumplir eficazmente sus funciones en el organismo. La deficiencia de vitamina C puede comprometer la síntesis de colágeno, afectando negativamente la salud de la piel, los huesos y los tejidos conectivos, lo que subraya la importancia de asegurar un consumo adecuado de esta vitamina, especialmente a medida que la producción natural de colágeno disminuye con la edad.