El volcán de Fuego, uno de los más activos de Guatemala, ha entrado en una fase de «erupción masiva» este lunes 10 de marzo, según informó la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred). La actividad volcánica ha generado la caída de «flujos piroclásticos» en comunidades cercanas, lo que ha obligado a las autoridades a elevar el nivel de alerta.

Los flujos piroclásticos, descritos por la Conred como «de características débiles y moderadas, pero con probabilidad de incrementarse», son una mezcla de gases volcánicos calientes, ceniza y fragmentos de roca que descienden rápidamente por las laderas del volcán. La erupción también ha provocado la emisión de ceniza volcánica, que se eleva hasta 7.000 metros sobre el nivel del mar y se dispersa a una distancia de 50 kilómetros en dirección noroeste, oeste y suroeste.

Los departamentos de Escuintla y Sacatepéquez son los más expuestos a la caída de ceniza, según las autoridades. La Conred mantiene una vigilancia constante de la actividad volcánica y ha instado a la población a tomar precauciones, como el uso de mascarillas y gafas de protección.

El volcán de Fuego, situado a unos 50 kilómetros al suroeste de la capital guatemalteca, es uno de los tres volcanes más activos del país, junto con el Pacaya y el Santiaguito. Su última gran erupción, en junio de 2018, causó la muerte de más de 400 personas.

Ante la intensificación de la actividad volcánica, las autoridades guatemaltecas han evacuado a más de 120 familias de las comunidades aledañas al volcán. Los evacuados han sido trasladados a un salón municipal en San Juan Alotenango, donde se les proporciona refugio y asistencia. En total, más de 900 personas han sido evacuadas como medida de precaución.

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