El médico del hospital Gemelli que atendió al Papa Francisco durante su reciente hospitalización de 38 días, Sergio Alfieri, reveló en una entrevista publicada hoy en el diario italiano «Corriere della Sera» que hubo un momento de extrema gravedad en el que se debió tomar una decisión crucial sobre el curso de su tratamiento.

Alfieri, quien ya había operado al pontífice de 88 años en el pasado, explicó que se llegó a un punto donde la elección era «entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto». En sus declaraciones, Alfieri afirmó que en ese instante crítico, «Francisco sabía que podía morir» y que las personas a su alrededor estaban visiblemente afectadas, con «lágrimas en los ojos». El propio Papa habría manifestado su preocupación diciendo: «Esto es malo».
A pesar de este grave momento, el equipo médico optó por la opción más arriesgada, la cual finalmente resultó exitosa. El Papa Francisco fue dado de alta del hospital el pasado sábado 22 de marzo, después de casi seis semanas de internación debido a una bronquitis infecciosa aguda.
El relato de Alfieri revela la seriedad de la situación que enfrentó el Santo Padre y la angustia vivida por su círculo cercano durante su prolongada estadía en el hospital. Su recuperación ha sido recibida con alivio y alegría por los fieles de todo el mundo.







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