Diversas investigaciones han comenzado a señalar una posible relación entre la proximidad del teléfono móvil al cuerpo durante las horas de sueño y una disminución en la calidad del descanso. Más allá del conocido efecto de la luz azul emitida por las pantallas, que interfiere con la producción de melatonina y desregula los ritmos circadianos, los teléfonos móviles también emiten campos electromagnéticos (CEM) de radiofrecuencia. Esta emisión ha generado preocupación dentro de la comunidad científica debido a los potenciales efectos adversos que podría tener sobre la salud a largo plazo.

El doctor Martin Pall, investigador de la Universidad Estatal de Washington, ha advertido sobre los riesgos de la exposición prolongada a estas radiaciones de baja intensidad. Según el experto, esta exposición podría desencadenar una respuesta de estrés a nivel celular, iniciando una serie de reacciones químicas que, con el tiempo, podrían resultar en daño celular. Entre los síntomas que se han asociado a esta exposición se incluyen dolores de cabeza recurrentes, sensación de fatiga persistente, alteraciones en los patrones de sueño e incluso la aparición de problemas cardiovasculares, lo que subraya la importancia de tomar precauciones al respecto.

Ante esta creciente evidencia, los expertos en salud y descanso recomiendan adoptar medidas sencillas para minimizar los riesgos potenciales. Una de las principales recomendaciones es mantener el teléfono móvil a una distancia mínima de un metro de la cama durante la noche. Esta precaución ayuda a reducir significativamente la exposición a los CEM emitidos por el dispositivo y también disminuye la probabilidad de ser interrumpido por notificaciones o llamadas inesperadas que puedan perturbar el sueño.

Además de la distancia física, los especialistas también aconsejan evitar el uso del teléfono móvil al menos una hora antes de acostarse. Esta práctica permite que el cerebro se relaje y se prepare para el descanso, facilitando una mejor conciliación del sueño y contribuyendo a un descanso más reparador.