En un esfuerzo por fomentar la reintegración social y ofrecer una vía de rehabilitación a través de la educación, Brasil ha implementado un programa poco conocido pero significativo que permite a ciertos reclusos reducir su condena a través de la lectura. Bajo la iniciativa denominada “Remisión de pena por lectura”, los internos tienen la oportunidad de disminuir su tiempo en prisión en cuatro días por cada libro que lean y cuya comprensión sea debidamente acreditada. El programa establece un límite de hasta 48 días de reducción anual, lo que equivale a la lectura y aprobación de un máximo de 12 libros por recluso al año.

Para acceder a este beneficio, los participantes deben seleccionar obras previamente autorizadas que abarquen géneros como literatura, ciencia o filosofía. Tras la lectura, el interno debe elaborar un ensayo manuscrito que demuestre una comprensión profunda del contenido del libro. Este texto es posteriormente evaluado por una comisión designada, la cual determina si el ensayo cumple con los criterios necesarios para otorgar la reducción de la pena. La iniciativa se fundamenta en la Ley de Ejecución Penal Nº 7.210/1984, que contempla la posibilidad de reducir la condena mediante la participación en actividades educativas.
Aunque la “Remisión de pena por lectura” no se aplica de manera uniforme en todas las cárceles del país, ha sido adoptada en varios centros penitenciarios federales y estatales que cuentan con la infraestructura educativa adecuada para su implementación. Esta disparidad en la aplicación se debe a diversos factores, incluyendo la disponibilidad de bibliotecas y personal capacitado para la evaluación de los ensayos. Sin embargo, en los centros donde opera, el programa se ha convertido en una herramienta valiosa para incentivar la lectura y el aprendizaje entre la población carcelaria.
El objetivo principal de esta innovadora iniciativa va más allá de la simple reducción de la pena.
Busca fomentar la lectura como una poderosa herramienta de transformación personal y reintegración social. Al exponer a los reclusos a nuevas ideas, perspectivas y conocimientos, se espera estimular su desarrollo intelectual, promover la reflexión y ofrecer una alternativa constructiva para su rehabilitación, preparándolos para una eventual reinserción en la sociedad con una visión más amplia y herramientas para un futuro diferente.







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