Una reciente investigación publicada en la revista Social Indicators Research ha arrojado luz sobre el profundo impacto que las mascotas pueden tener en nuestro bienestar. El estudio, llevado a cabo por expertos de la Universidad de Kent y la London School of Economics, reveló que convivir con un perro o un gato puede generar un aumento significativo en la satisfacción con la vida, equiparable al nivel de felicidad que se experimenta al contraer matrimonio.

Los investigadores analizaron datos de más de 2.500 hogares y, utilizando una escala de bienestar del 1 al 7, encontraron que la presencia de una mascota se asocia con un incremento de entre 3 y 4 puntos en la felicidad de sus dueños. Para ilustrar la magnitud de este efecto, los científicos aplicaron un modelo económico que estima el valor monetario equivalente a este aumento en el bienestar. Sorprendentemente, calcularon que tener una mascota representa un «valor emocional» aproximado de 88.000 dólares anuales.

El estudio también exploró las posibles diferencias en la personalidad de los dueños según el tipo de mascota. Los hallazgos sugieren que las personas que tienen perros tienden a ser más extrovertidas y emocionalmente estables, mientras que aquellos que prefieren los gatos suelen mostrar una mayor apertura intelectual. Estas observaciones sugieren una posible correlación entre las características de la mascota y ciertos rasgos de personalidad de sus dueños.

Más allá de las cifras y las distinciones entre dueños de perros y gatos, la principal conclusión de esta investigación es clara y contundente: la compañía de una mascota posee un valor emocional profundo y tangible.

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