Cada año, millones de vidas se pierden a causa del cáncer, una enfermedad compleja asociada a diversos factores de riesgo que van desde el estilo de vida y ciertas infecciones virales como el VPH, hasta la predisposición genética. Comprender estos factores es crucial para la prevención y detección temprana. Diversas investigaciones continúan arrojando luz sobre la influencia de la historia familiar en el desarrollo de esta patología.

Un informe reciente del Instituto Oncológico Henry Moore en Argentina subraya la importancia de los antecedentes familiares. El estudio reveló que un significativo 67% de los pacientes con cáncer encuestados reportaron tener historial de la enfermedad en sus familias. Profundizando en los datos, más del 46% indicó que alguno de sus abuelos había padecido cáncer, mientras que el 41% mencionó a su madre y más del 40% a su padre, destacando la prevalencia de esta característica en el árbol genealógico.

Esta conexión hereditaria es respaldada por otras instituciones de salud. El Centro Médico ABC de México señala que entre el 5% y el 25% de los casos oncológicos, dependiendo del tipo de tumor, tienen un origen hereditario. El oncólogo Alberto Serrano Olvera, especialista del centro, explica que el cáncer hereditario se produce por la transmisión de una mutación genética específica a través de las generaciones, si bien aclara que no todas las alteraciones genéticas que causan cáncer son hereditarias.

Detectar si un cáncer tiene un componente hereditario implica la búsqueda de estas mutaciones genéticas. El doctor Serrano Olvera indica que esto se realiza mediante exámenes de saliva o sangre dirigidos a identificar variantes genéticas específicas. Sin embargo, enfatiza que estas pruebas no son universales, sino que se aplican prioritariamente en pacientes considerados de alto riesgo o en aquellos que ya han sido diagnosticados con la enfermedad.

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