Un estudio colaborativo liderado por el Dr. Jeffrey Pfeffer de la Universidad de Stanford y el Dr. Joel Goh de la Universidad de Harvard ha puesto de manifiesto el profundo impacto del estrés laboral en la salud física y la longevidad. Publicada en la revista Behavioral Science & Policy, la investigación concluyó que las condiciones laborales adversas pueden tener consecuencias directas y perjudiciales para el bienestar de los trabajadores, llegando incluso a acortar la esperanza de vida.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron datos de 228 estudios previos. Identificaron tres factores principales dentro del entorno laboral que emergen como los más perjudiciales para la salud de los empleados. Estos elementos críticos son las largas jornadas laborales que extienden excesivamente el tiempo dedicado al trabajo, la falta de control percibida por los individuos sobre sus tareas y decisiones en el puesto, y la inseguridad laboral, referida a la preocupación constante por la estabilidad del empleo.

Los hallazgos del estudio son particularmente reveladores en cuanto a la magnitud de los riesgos asociados a estos factores. La inseguridad en el empleo, por ejemplo, fue vinculada a un aumento del 50% en la probabilidad de que los individuos reporten tener mala salud. Asimismo, enfrentar elevadas exigencias en el trabajo incrementa el riesgo de padecer enfermedades en un 35%. Quizás uno de los datos más impactantes es que trabajar un número excesivo de horas al día o a la semana eleva la mortalidad en casi un 20%.

Aunque los autores señalan que su estudio no realizó una comparación directa y exhaustiva, lanzaron una seria advertencia: los efectos perjudiciales de un entorno laboral tóxico podrían ser tan nocivos para la salud como la exposición al humo de segunda mano, e incluso superar los daños causados por fumar tabaco en algunos escenarios.

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