A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión: experimentar un molesto calambre al tocar a otra persona o sentir un chispazo al interactuar con un objeto, especialmente en entornos cerrados como los centros comerciales. Aunque este fenómeno es completamente inofensivo en la mayoría de los casos, se trata de una manifestación directa de la electricidad, conocida técnicamente como efecto triboeléctrico. Este proceso ocurre cuando ciertos materiales entran en contacto y luego se separan, transfiriendo electrones y creando un desequilibrio de carga eléctrica.

Ciertos materiales son más propensos a generar y acumular esta carga estática. Entre ellos se destacan el pelo humano y el de las mascotas, así como tejidos comunes como la lana, el nailon y el poliéster. Sorprendentemente, las suelas de los zapatos, particularmente aquellas hechas de goma u otros materiales aislantes que nos separan del suelo, también pueden incrementar la probabilidad de recibir una descarga. Esto se debe a que impiden que la carga acumulada en nuestro cuerpo se disipe hacia la tierra.
Por su propia naturaleza, el cuerpo humano actúa como un conductor de electricidad, dado que nuestro organismo funciona mediante impulsos eléctricos a nivel celular. Esta capacidad de conducción explica por qué, tras acumular una carga estática, podemos descargarla al tocar un objeto conductor o a otra persona, experimentando así el característico «calambrazo» o la chispa visible. Es importante recalcar que la electricidad estática no representa una amenaza directa para la vida humana en sí misma, aunque sí puede generar molestias.
Si bien la electricidad estática no es peligrosa, los choques pueden ser desagradables y causar sobresaltos. En entornos específicos, un susto inesperado podría incluso derivar en una lesión indirecta. Para mitigar este efecto, la Universidad de Valencia ofrece consejos prácticos: mantener la humedad ambiental relativa por encima del 50%, optar por mobiliario y revestimientos de suelo con propiedades antiestáticas, preferir prendas de lana o algodón en lugar de fibras sintéticas, y mantener la piel bien hidratada, ya que la sequedad cutánea favorece la acumulación de cargas eléctricas.







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