La resistencia a los antibióticos se erige como una de las amenazas más apremiantes para la salud global, con microorganismos como la E. coli y el estafilococo evolucionando para eludir incluso los tratamientos más potentes. Esta preocupante tendencia no se limita al ámbito de la medicina humana; investigadores han señalado que el uso de antibióticos en la atención veterinaria para perros y gatos podría estar exacerbando el problema. A medida que los gérmenes desarrollan la capacidad de resistir a los fármacos, la eficacia de los antibióticos disminuye, abriendo la puerta a infecciones intratables tanto en animales como en humanos.

Expertos advierten que los esfuerzos por mitigar la resistencia a los antibióticos en humanos podrían ser insuficientes si no se implementan medidas similares en el cuidado de las mascotas. La interacción cercana entre humanos y animales de compañía facilita la transmisión de bacterias resistentes, convirtiendo a los hogares en posibles reservorios de estos «superbacterias». Esta interconexión subraya la necesidad de un enfoque holístico, donde la salud humana y animal se consideren intrínsecamente ligadas, un concepto conocido como «Una Salud».
La preocupación radica en que las bacterias resistentes que se originan en animales pueden transferirse a los humanos a través del contacto directo, la contaminación ambiental o incluso mediante la cadena alimentaria, en el caso de animales de producción. Un estudio publicado en la revista PLOS One (2020) resaltó la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos en perros y gatos, sugiriendo un vínculo directo con el uso de antibióticos en estos animales. La monitorización y la implementación de protocolos estrictos en clínicas veterinarias son cruciales para romper este ciclo de transmisión.
Actualmente, se están tomando medidas para fomentar un uso más prudente de los antibióticos en la medicina humana, a través de programas de administración de antimicrobianos. Sin embargo, la efectividad de estas iniciativas se ve comprometida si no se extienden al ámbito veterinario. Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) han enfatizado la importancia de aplicar principios de uso responsable de antibióticos en todas las especies, incluyendo a los animales de compañía.
Enfrentar la creciente amenaza de la resistencia a los antibióticos requiere un compromiso global y multidisciplinario. Limitar el uso innecesario de antibióticos en animales de compañía, promover la higiene y desarrollar nuevas alternativas terapéuticas son pasos esenciales para salvaguardar la eficacia de estos medicamentos vitales para las generaciones futuras.







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