El vértigo y el mareo son fenómenos que, aunque a menudo se confunden, tienen orígenes y tratamientos distintos. En una reciente entrevista en el programa radial de Noticias de Aquí, el Dr. Carlos Jiménez, reconocido otorrinolaringólogo, explicó que la clave para entender estas condiciones radica en la naturaleza de las sensaciones que experimentan los pacientes. Mientras que el vértigo se define como la sensación de movimiento, el mareo se relaciona más con la inestabilidad y el aturdimiento.


Según el Dr. Jiménez, el origen del vértigo está vinculado al oído interno, un sistema crucial para nuestra percepción espacial. Este médico indica que el equilibrio se basa en la integración de la información del oído, la vista y las articulaciones: «Cuando cualquiera de estos factores se ve alterado, es cuando aparece el vértigo», sostiene el especialista. Esta comprensión es esencial para identificar y tratar adecuadamente los síntomas.
Entre las causas más comunes del vértigo se encuentra el desplazamiento de los otolitos, pequeños cristales en el oído interno. Cuando estos se deslocalizan y se introducen en los conductos semicirculares, pueden inducir una falsa percepción de movimiento, provocando crisis de vértigo. El Dr. Jiménez afirma que la atención médica adecuada puede llevar a una mejora significativa en el 60% al 70% de los casos, siempre que se identifique correctamente la causa.
El tratamiento del vértigo es multidisciplinario y puede implicar a diferentes especialistas, incluyendo otorrinolaringólogos, neurocirujanos y foniatras. Las opciones terapéuticas incluyen medicamentos como betaestina y diuréticos, así como maniobras específicas para reposicionar los otolitos. Los pacientes suelen ver resultados en días, aunque el tiempo de recuperación puede variar dependiendo de la gravedad del caso.
Las señales de alarma son fundamentales. El Dr. Jiménez recomienda prestar atención a síntomas como el mareo acompañado de dolor de oído o disminución de la audición, ya que pueden indicar problemas más serios. Asimismo, advierte que condiciones como la hipertensión arterial también pueden contribuir a la aparición de mareos, especialmente en personas mayores. Aunque sugiere que no es necesario visitar al otorrinolaringólogo sin razones evidentes, enfatiza la importancia de buscar atención médica ante síntomas persistentes.







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