Los bosques de todo el mundo se enfrentan a multitud de problemas, siendo la deforestación uno de los más importantes. La deforestación es la eliminación de la vegetación, especialmente los árboles, de la masa forestal del bosque para extraer sus recursos o habilitar ese espacio a otros usos, como la agricultura o la ganadería.

Este fenómeno ha alterado el paisaje de todo el mundo, aunque la peor parte la sufren los bosques tropicales. No se trata solo de los propios árboles que se talan, también está en juego la biodiversidad del planeta e incluso la mitigación del cambio climático debido a la pérdida de carbono orgánico del suelo. Afortunadamente las imágenes de satélite en tiempo real aplicadas al control de deforestación están ayudando a monitorizar exhaustivamente los bosques para revertir este proceso.

Uso de las imágenes satelitales en la gestión forestal

Las imágenes satelitales permiten mejorar diversos aspectos de la gestión forestal. Uno de los principales problemas para llevarla a cabo es la ubicación y la extensión de los bosques, por lo que la búsqueda de problemas mediante inspección visual no solo es ineficiente, también muy costosa. El uso de información satelital aporta una perspectiva completa sobre el estado del bosque, como las especies arbóreas que lo habitan, el tipo de suelo, la actividad fotosintética de la vegetación o los niveles de secuestro de carbono. También es posible identificar diferentes sucesos que pueden dañar el bosque con imágenes satelitales en tiempo real, como la tala ilegal, los incendios forestales o posibles brotes de enfermedad. 

Al combinar esta información con prácticas de silvicultura sostenible, los gestores y propietarios pueden tomar mejores decisiones para mejorar la gestión forestal y proteger la flora y fauna de los bosques. Algunas cuestiones que pueden definir el futuro de un bosque son los esfuerzos de conservación, la replantación de árboles en zonas deforestadas o una adecuada cuota de tala de árboles.

Además de estas opciones, los satélites también han facilitado el acceso al mercado de los créditos de carbono. Ahora es posible cotejar y medir la cantidad de carbono en el suelo forestal para determinar cuántos créditos corresponden. Y como el archivo de datos satelitales de algunos satélites contiene información desde hace años, es posible evaluar diversos parámetros con el paso del tiempo.

Deforestación y datos satelitales

Para poder combatir la deforestación, es clave ser capaz de encontrarla entre una inmensidad de copas de árboles. Puesto que los métodos tradicionales, como los puestos de observación de los guardabosques, no son especialmente efectivos y resultan caros, ahí es donde entran en juego los satélites.

Una simple imagen satelital puede captar decenas de kilómetros cuadrados de bosque, lo que facilita la detección de puntos donde la cubierta forestal ha sufrido deterioro. Además, las imágenes SAR (radar de apertura sintética) pueden captar datos atravesando las nubes, por lo que la monitorización no se ve afectada por el mal tiempo.

Sin embargo, uno de los principales desafíos sigue siendo el detectar la deforestación lo antes posible, algo que no siempre es posible a simple vista. De ahí que el foco esté puesto en la combinación de la tecnología satelital con otras para simplificar el proceso. Desde algoritmos avanzados hasta la inteligencia artificial, el objetivo es mejorar la detección temprana para que gobiernos, organizaciones y gestores puedan atajar el problema tan pronto como sea posible. 

Sensores utilizados para detectar la deforestación

Al pensar en imágenes satelitales, es común pensar en una imagen en color natural que muestra la superficie terrestre tal y como es. Aunque pueden ser útiles en determinados casos, para obtener una imagen completa de las condiciones del bosque no basta solo con imágenes en colores visibles. De ahí que los satélites cuenten con diferentes tipos de sensores, para cubrir todas las posibilidades.

Los sensores ópticos, además de imágenes en color natural, también pueden captar imágenes multiespectrales e hiperespectrales. Estas imágenes captan información más allá del espectro visible, como el infrarrojo cercano, el infrarrojo de onda corta o la radiación ultravioleta, para detectar características “ocultas” al ojo humano.

Como se mencionaba anteriormente, los sensores de radar se usan para captar datos de noche o penetrar a través de las nubes. Estos sensores se basan en la emisión de ondas electromagnéticas que rebotan contra la superficie y vuelven al sensor. Midiendo el tiempo que tardan las ondas en volver, es posible calcular la distancia al objeto y crear un mapa del entorno que permita descubrir zonas donde la cubierta forestal ha disminuido. Similares a éstos son los sensores LiDAR, que utilizan impulsos láser para medir la distancia al objeto y crear mapas 3D.

Para la detección de la deforestación a causa de los incendios forestales, el uso de sensores térmicos permite detectar la radiación en el espectro infrarrojo y localizar los focos.

El futuro de los datos satelitales para mitigar la deforestación

El futuro de los datos satelitales está supeditado a la potencial mejora de sus capacidades. En lo relativo a la deforestación, el aumento de la resolución de las imágenes satelitales y una menor tasa de revisita facilitaría un seguimiento más preciso y exhaustivo de los eventos asociados a ella. La integración de la IA y otras tecnologías permitirá mejorar y automatizar los análisis en tiempo real hasta el punto de no ser necesaria una intervención humana para detectar problemas en el bosque.

Otras mejoras que también se esperan están relacionadas con una mejor penetración de las nubes y otros factores atmosféricos por parte de los sensores radar y LiDAR. Esto es especialmente valioso en zonas con tendencia a un clima nublado, como el sudeste asiático. Por último, la interconexión entre drones, satélites y otras fuentes de datos ayudará a que los futuros proyectos de gestión forestal y contra la deforestación sean más completos y reveladores.

Autor:

Kateryna Sergieieva

Kateryna Sergieieva es Doctora en Tecnologías de la información y cuenta con 15 años de experiencia en teledetección. Es la científica responsable del desarrollo de tecnologías de monitorización por satélite y detección de cambios en las características de la superficie. Kateryna es autora de más de 60 publicaciones científicas.

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