Un equipo multidisciplinario de científicos españoles ha desarrollado una nueva molécula, asistida por inteligencia artificial (IA), que muestra un gran potencial para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y diversos tipos de cáncer. Este avance significativo, fruto de la colaboración entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Pontificia Comillas y la empresa AItenea Biotech, se centra en la inhibición de una proteína clave implicada en estos padecimientos.

La investigación, cuyos resultados fueron publicados en la edición del 6 de junio de la prestigiosa Journal of Medicinal Chemistry, identifica a la proteína DYRK1A como un objetivo terapéutico crucial. Dicha proteína se encuentra en niveles anormalmente elevados en patologías como el síndrome de Down, el alzhéimer y ciertos tumores. La molécula de nuevo diseño ha demostrado ser capaz de inhibir eficazmente la acción de DYRK1A, abriendo una prometedora vía para el desarrollo de futuros fármacos.
Los científicos explicaron que la reducción de la actividad de esta proteína podría ser fundamental para prevenir o ralentizar la neurodegeneración. Este fenómeno, caracterizado por el daño progresivo de las células nerviosas, está asociado a la acumulación de proteínas tau hiperfosforiladas, un proceso en el que DYRK1A juega un papel importante. Por tanto, la inhibición de esta proteína se presenta como una estrategia con el potencial de atacar la raíz de estas devastadoras enfermedades.
Para lograr este hito, el equipo investigador empleó una innovadora estrategia computacional que acelera drásticamente el descubrimiento de nuevos compuestos. Según detalló Nuria E. Campillo, coautora principal del estudio, se integró la IA generativa para crear nuevas moléculas a partir de datos existentes, junto con modelos predictivos y técnicas más tradicionales como el acoplamiento molecular. Este enfoque híbrido no solo optimiza la afinidad de la molécula con la proteína diana, sino que también permite predecir y reducir su posible toxicidad, marcando un antes y un después en el diseño de fármacos.







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