En @gentedeaqui_ descubrimos cómo la artista plástica Silvia Mata, descubrió la pintura cuando esperaba a su hija.
Nos contó en #noticiasdeaquiradio que motivada por el deseo de crear un espacio único para su bebé, se lanzó sin experiencia previa a pintar un mural de «La Bella y la Bestia» en su habitación. El resultado no solo fue espectacular, sino que encendió una llama que la ha llevado a transformar espacios, objetos y, lo más importante, a inspirar a otros a descubrir su propia creatividad.

Su viaje demuestra que el arte es un lenguaje universal que todos podemos aprender a hablar con la guía adecuada.
Lo que comenzó como un acto de amor maternal floreció en una carrera artística llena de evolución. Aunque se define como una artista empírica, Silvia perfeccionó su talento innato con formación en técnicas como la aerografía. Superó sus propias barreras, pasando de los murales a gran escala a los lienzos, un formato que inicialmente no le atraía pero que terminó por conquistar. Esta trayectoria, marcada por el autodescubrimiento y la dedicación, la consolidó como una creadora versátil capaz de plasmar su esencia en cualquier superficie, demostrando que los únicos límites son los que uno mismo se impone.

Convencida de que el arte es una herramienta de conexión y bienestar, Silvia Mata ha extendido su don a través de la enseñanza. Sus masterclass y talleres particulares se han convertido en un refugio para quienes buscan un respiro de la rutina, una forma de terapia o simplemente un pasatiempo divertido. En sus clases, hombres y mujeres por igual descubren que no hace falta ser un experto para crear algo hermoso. La alegría de sus alumnos al ver sus propias creaciones es el mayor testimonio del poder del arte para sanar, unir y empoderar el espíritu humano.
Siempre inquieta y en constante búsqueda de nuevos horizontes, Silvia se ha sumergido recientemente en el fascinante mundo del arte digital. Como una niña con un juguete nuevo, explora las posibilidades infinitas que le ofrece una tableta para diseñar desde cero, creando patrones que luego materializa en delicados pañuelos de seda.
Esta nueva faceta no solo demuestra su capacidad para reinventarse y fusionar lo tradicional con lo tecnológico, sino que también es un reflejo de su filosofía de vida: dar siempre una nueva oportunidad, ya sea a una prenda de ropa olvidada o a un talento por descubrir.
La esencia de Silvia Mata reside en su audacia y su amor por los colores vibrantes y los tonos neón, un sello personal que imprime en cada obra. Más allá de sus piezas, su mayor legado es quizás la forma en que utiliza el arte para crear experiencias memorables, como las innovadoras fiestas de baby shower donde los invitados pintan ropita para el futuro bebé. Silvia no solo pinta cuadros o diseña pañuelos; pinta sonrisas, y nos recuerda a todos que dentro de cada uno existe un artista esperando el momento perfecto para salir a la luz.







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