En un mundo donde la opulencia y los diseños extravagantes han dominado el arte de las uñas, una nueva tendencia emerge con la delicadeza y el refinamiento de la realeza. Bautizada como «Princess Nails», esta corriente aboga por un minimalismo sofisticado, inspirado en la estética pulcra y atemporal de figuras como Kate Middleton y la reina Letizia de España. La premisa es simple: menos es más. Se trata de lucir unas uñas cortas, impecablemente limadas y con un acabado natural que evoca una elegancia discreta y un lujo silencioso, convirtiéndose en el símbolo de un estilo depurado que gana cada vez más adeptas.

El auge de las «Princess Nails» se enmarca dentro de la macrotendencia del «clean look» o estética limpia, que ha permeado la moda y la belleza en el último año. Este estilo se aleja de los excesos para abrazar la simplicidad y la naturalidad, donde la salud y el cuidado de las uñas son tan importantes como el color. Los tonos predilectos para esta manicura son los neutros, como los nudes, los rosas pálidos, los blancos lechosos o simplemente una capa de brillo transparente. La forma de la uña suele ser corta, con un borde redondeado o ligeramente cuadrado, manteniendo siempre un aspecto práctico y pulido.

Para conseguir el look de «uñas de princesa» no se requieren complejas técnicas ni ornamentos llamativos. La clave reside en una manicura perfecta que preste especial atención a la salud de la uña y la cutícula. Tras dar forma y pulir, se aplica una base fortalecedora y luego se opta por un esmalte en tonos suaves o se deja la uña al natural, finalizando con un top coat de alto brillo para un acabado impecable y duradero. Algunas variaciones sutiles incluyen un microfrancés o la adición de un discreto toque de brillo o efecto cromado perlado, manteniendo siempre la esencia minimalista que caracteriza a esta tendencia real.

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