Con manos que transforman hilos y metales en delicadas piezas de arte, Ariadna Reyes ha dado vida a «arteP Accesorios» (@artep.accesorios), una marca que es mucho más que moda; es un homenaje cargado de amor y resiliencia. Desde su taller en Aragua de Barcelona, esta talentosa artesana crea zarcillos, collares y pulseras personalizadas, cada una con la garantía de ser una obra única, impregnada de la pasión y dedicación de su creadora, quien ha cautivado a una clientela que busca piezas con historia y significado.

El corazón de la marca reside en un emotivo tributo familiar. El nombre «arteP» es un ingenioso anagrama de «Petra», el nombre de su abuela materna, una figura que es su máxima inspiración. Fue su hermano quien le sugirió invertir las letras, uniendo así el «arte» de su trabajo con el legado de su abuela. A pesar de una vida marcada por la tristeza, Petra fue una fuente inagotable de amor incondicional para sus 12 hijos y todos a su alrededor. Cada pieza que Ariadna elabora es una forma de honrar esa fortaleza y ese inmenso cariño, convirtiendo cada accesorio en un amuleto de orgullo y afecto.

El camino de Ariadna no ha estado exento de desafíos. Inició su emprendimiento hace ocho años de manera autodidacta y, tras un período de tres años en Brasil donde ejerció como contador público, su amor por su hija y el anhelo del calor familiar la trajeron de vuelta a Venezuela. Lejos de abandonar su pasión, durante su tiempo en el extranjero continuó diseñando y enviando sus creaciones. A su regreso, no solo retomó su proyecto, sino que lo reinventó, estableciendo su taller-tienda en su pueblo natal y sorprendiéndose con la increíble receptividad de su gente.

Hoy, Ariadna Reyes tiene planes de volver a impartir cursos para compartir su arte, especialmente con los más pequeños, ella demuestra que su regreso ha sido para sembrar creatividad y fortalecer sus raíces. Su historia es un reflejo del espíritu venezolano: una mujer que, impulsada por el amor familiar, transformó su talento en un próspero negocio.