Un estudio reciente, publicado en la prestigiosa revista Bilingualism: Language and Cognition, ha arrojado nueva luz sobre los posibles beneficios del bilingüismo en la lucha contra el deterioro cognitivo asociado a la enfermedad de Alzheimer. La investigación sugiere que el uso de más de un idioma podría contribuir a retrasar la aparición de los síntomas, fortaleciendo áreas clave del cerebro encargadas de la memoria.

El equipo de investigadores analizó imágenes cerebrales de individuos bilingües y monolingües, tanto de pacientes diagnosticados con Alzheimer como de aquellos en riesgo de padecer la enfermedad. Los hallazgos revelaron que las personas que hablaban dos o más lenguas mostraban un mayor volumen en el hipocampo, una estructura cerebral fundamental para la memoria que es una de las primeras en ser afectadas por el avance de esta patología neurodegenerativa.
Según los expertos, el esfuerzo mental que implica alternar constantemente entre diferentes idiomas, controlar las interferencias lingüísticas y activar la memoria de trabajo, funciona como un entrenamiento cerebral sostenido. Esta gimnasia mental fortalece las conexiones neuronales y podría ser la razón por la cual el deterioro cognitivo tarda más tiempo en manifestarse en personas bilingües, a pesar de que no se encontraron diferencias significativas en las regiones cerebrales dedicadas exclusivamente al lenguaje.
Estos resultados respaldan la teoría de la «reserva cognitiva», que postula que un cerebro más activo y estimulado posee una mayor capacidad para compensar los daños causados por enfermedades como el Alzheimer. Si bien el estudio concluye que ser bilingüe no previene la enfermedad, sí se perfila como un importante factor protector que, junto a un estilo de vida saludable que incluya actividad física, estimulación intelectual y una vida social activa, podría retrasar la aparición de sus devastadores síntomas.







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