En un fallo sin precedentes, una corte de la ciudad de Iquique, en el norte de Chile, ha condenado a 12 miembros de la cúpula de la organización criminal venezolana Tren de Aragua a un total de más de 300 años de prisión. La histórica sentencia es el resultado de un extenso y complejo proceso judicial que ha puesto de manifiesto la brutalidad y el alcance de las operaciones de esta mafia transnacional en territorio chileno, abarcando delitos de extrema gravedad como trata de personas, homicidios, secuestros, extorsión, tráfico de migrantes y tenencia ilegal de armas.

Entre los condenados se encuentran dos de los cabecillas más violentos de la organización. Carlos González Vaca, alias ‘Estrella’, considerado el líder de la célula desarticulada, recibió la pena de presidio perpetuo calificado, lo que implica que deberá pasar al menos 40 años en prisión antes de poder optar a la libertad condicional. Por su parte, Hernán Landaeta, conocido como ‘Satanás’ y sindicado como el principal sicario del grupo, fue sentenciado a presidio perpetuo simple, además de otros 47 años de cárcel por diversos delitos.

El juicio, que se prolongó por más de tres meses, fue calificado como un hito por la Fiscalía de Tarapacá, que lideró la investigación. Para sustentar la acusación, se presentaron más de 1.000 documentos, numerosos peritajes forenses y el testimonio de 224 personas, muchas de ellas bajo reserva de identidad por seguridad. Las autoridades han valorado la decisión judicial como un avance crucial en la lucha contra las redes de crimen organizado que han expandido sus operaciones a lo largo de América Latina, sentando un precedente importante para futuras causas.

Mientras Chile marca un punto de inflexión en la persecución penal contra esta banda, en Perú las autoridades también han intensificado su ofensiva. Desde el año 2019, la Policía Nacional peruana ha logrado la detención de cientos de presuntos integrantes del Tren de Aragua.