Una investigación publicada por el Canisius College en la revista científica Anthrozoös ha revelado un dato sorprendente para muchos: las mujeres reportan una mejor calidad de sueño cuando comparten su cama con un perro, superando incluso a sus parejas humanas y, notablemente, a los gatos. El estudio se centró en la percepción del descanso y los factores que contribuyen a una noche más apacible, arrojando luz sobre la particular dinámica entre las mujeres y sus mascotas a la hora de dormir.

Según las conclusiones de la investigación, los perros fueron calificados como los compañeros de cama más reconfortantes y menos molestos. Las participantes del estudio asociaron a los caninos con una mayor sensación de seguridad y tranquilidad. Esta percepción se atribuye a la rutina estable que suelen tener los perros, sus instintos protectores innatos y su capacidad para alertar a sus dueñas ante cualquier ruido o movimiento inusual, factores que promueven un entorno de descanso más seguro y relajado.

El estudio también destaca que los perros contribuyen a un sueño más profundo debido a sus propios patrones de descanso, ya que pasan aproximadamente el 75% de la noche en reposo, lo que minimiza las interrupciones. Curiosamente, se observó que la simple presencia del perro en la misma habitación, sin necesidad de que esté sobre la cama, es suficiente para que muchas mujeres experimenten una mejora en la calidad de su sueño, confirmando el efecto calmante que tienen estos animales.

En el otro extremo del espectro se encuentran los gatos. A pesar de su reputación de ser animales cariñosos, fueron los peor evaluados en términos de confort y calidad del sueño. Su naturaleza, a menudo más activa durante la noche, los convierte en compañeros de cama disruptivos. Sin embargo, como bien saben muchos amantes de los felinos, la elección de una mascota para compartir las noches a veces trasciende la lógica del descanso perfecto, y el afecto por el «michi» prevalece, incluso si este decide despertarlos a las tres de la mañana.