Un nuevo capítulo se escribió este jueves en la historia del fútbol femenino con el traspaso récord de la delantera canadiense Olivia Smith. La joven estrella de 20 años fue transferida del Liverpool al Arsenal, actual campeón de la UEFA Women’s Champions League, por una cifra sin precedentes de 1 millón de libras esterlinas, equivalente a aproximadamente 1,35 millones de dólares. Este movimiento no solo pulveriza la marca anterior, sino que también establece un nuevo y significativo punto de referencia financiero en la creciente profesionalización del deporte.

Smith, quien se unió al Liverpool hace apenas un año proveniente del Sporting de Lisboa por 270 mil dólares, tuvo una temporada de consolidación que justificó el interés de las ‘Gunners’. Durante su estancia en el club, demostró su valía ofensiva, siendo una figura clave para el equipo. A su corta edad, ya es una pieza fundamental en la selección de Canadá, con la que debutó a los 15 años, acumulando 18 partidos internacionales, 3 goles y su participación en el Mundial de 2023, lo que subraya su madurez y experiencia al más alto nivel.

El fichaje de Smith deja atrás el récord anterior, establecido en enero por la defensora estadounidense Naomi Girma, quien llegó al Chelsea por 900 mil libras. «Mi sueño es competir por los títulos más importantes en Inglaterra y Europa, y contribuir al éxito del Arsenal», declaró Smith, quien admira a figuras como Marta, Christine Sinclair y Ronaldinho. Su llegada al club londinense es una clara declaración de intenciones por parte del Arsenal para mantener su hegemonía en el continente.

A pesar de este hito histórico para el fútbol femenino, la brecha con su contraparte masculina sigue siendo abismal. Como referencia, el traspaso más caro de la historia del fútbol masculino continúa siendo el de Neymar al Paris Saint-Germain por 260 millones de dólares en 2017. Además, la primera transferencia que superó el millón de libras en el fútbol masculino de Inglaterra ocurrió hace 46 años, en 1979 con el fichaje de Trevor Francis, evidenciando la distancia económica que aún persiste entre ambas ramas del mismo deporte.