Más allá de las quemaduras evidentes tras un día de playa, existe un daño solar silencioso y acumulativo que afecta a la piel diariamente, incluso en actividades tan cotidianas como conducir o caminar a la tienda. Así lo advirtió la doctora Leticia Acosta, médico dermatólogo, quien hizo un llamado de atención sobre los peligros de la exposición a la radiación ultravioleta (UV), presente no solo en los rayos del sol sino también en luces artificiales, y desmintió mitos populares que minimizan sus riesgos. Según la especialista, la protección solar no debe ser una medida exclusiva para las vacaciones, sino un hábito de salud indispensable para prevenir daños celulares irreversibles.

La doctora Acosta explicó que, si bien el sol es vital para la producción de vitamina D, bastan apenas diez minutos de exposición indirecta para satisfacer las necesidades del cuerpo. El problema surge con la sobreexposición continua a lo largo de los años. “La radiación es acumulativa y produce daño en el ADN”, afirmó la dermatóloga. Este proceso altera el código genético de las células de la piel, generando mutaciones que, con el tiempo y el debilitamiento del sistema inmunológico asociado a la edad, se manifiestan como lesiones precancerosas y, finalmente, cáncer de piel.

Uno de los datos más alarmantes revelados por la especialista es que el período más crítico para el daño solar ocurre en la primera infancia. “El daño solar más importante que existe en el ser humano es desde los cero a los seis años”, sentenció Costa. Esta afirmación busca concientizar a los padres, ya que las quemaduras y la exposición sufrida durante esos primeros años son las que tienen mayor potencial de causar mutaciones y una predisposición elevada al cáncer de piel en la adultez, una etapa en la que los niños suelen estar más desprotegidos durante sus juegos al aire libre.

Afortunadamente, hoy existe herramientas para una protección integral. La doctora Acosta enfatizó que la defensa contra los rayos UV va más allá de la crema solar, incluyendo barreras físicas como sombreros de ala ancha, lentes con filtro UV certificado y ropa con tecnología de protección solar incorporada. Asimismo, destacó la variedad de protectores solares disponibles, desde fórmulas de toque seco y resistentes al sudor para deportistas, hasta bases de maquillaje con SPF y protectores orales, subrayando la importancia de consultar a un dermatólogo para elegir el producto adecuado según el tipo de piel y la actividad, convirtiendo la protección en un gesto de salud para toda la vida y para toda la familia.

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