Un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell en Estados Unidos ha desarrollado una innovadora herramienta que promete revolucionar el diagnóstico de la encefalomielitis miálgica, comúnmente conocida como síndrome de fatiga crónica. Mediante un sofisticado modelo que analiza el material genético libre en el torrente sanguíneo, los científicos pueden ahora identificar biomarcadores clave, ofreciendo una vía concreta para detectar una enfermedad que, hasta ahora, ha sido notoriamente difícil de diagnosticar. Este avance representa un faro de esperanza para millones de personas afectadas en todo el mundo.

El síndrome de fatiga crónica es una condición debilitante caracterizada por un agotamiento extremo que no mejora con el descanso, además de síntomas como dolor muscular, dificultades de memoria y problemas de concentración. Debido a que estas señales pueden confundirse fácilmente con las de otras afecciones, muchos pacientes enfrentan un largo y frustrante camino hacia un diagnóstico certero. La falta de una prueba biológica definitiva ha sido uno de los mayores obstáculos para la comunidad médica y los pacientes.

La investigación se centró en el análisis del ácido ribonucleico (ARN) que las células liberan en la sangre al morir. Este ARN circulante funciona como un vasto archivo de la actividad biológica del cuerpo, revelando información crucial sobre procesos como la expresión de genes, la comunicación intercelular y el daño en los tejidos. Al examinar estos fragmentos genéticos, el equipo de Cornell pudo identificar patrones específicos y consistentes en los pacientes con síndrome de fatiga crónica, distinguiéndolos de individuos sanos.

El profesor Iwijn De Vlaminck, coautor del estudio publicado en la revista científica Advanced Materials, señaló que el descubrimiento de estas «huellas moleculares» fue el paso fundamental para la creación de esta prueba diagnóstica.

Tendencias